sábado, 4 de enero de 2025

Tema 1: Filosofía, ciencia y sentido común - La filosofía

Cuando se habla de la filosofía nunca deja de mencionarse, no sin razón, su origen etimológico: "filosofía" viene de philos, que significa amor, y sophía, que significa sabiduría. Entonces, etimológicamente hablando, la filosofía sería el amor por la sabiduría y quien filosofa sería un amante de la sabiduría. Volveremos sobre esta idea en otra entrada, donde hablaremos de la "Apología de Sócrates", pero sirva de momento quedarnos con la idea de que filosofar no es algo que haga un sabio, quien ya posee la sabiduría, sino algo que hace una persona que busca aquello que ama, que es el saber.

Y con decir "algo que hace" ya adelantamos que la filosofía es una actividad, un hacer que ahora podemos puntualizar mejor y decir que busca cuestionar la realidad que nos rodea. Y es que la Filosofía no acepta la supuesta naturalidad del mundo, las obviedades de las que hablamos cuando hablamos del sentido común en la entrada anterior. La filosofía, más bien, se hace preguntas sobre ese mundo que nos rodea. Esas preguntas, también adelantamos esta idea en nuestra anterior entrada, son preguntas con ciertas características especiales. Lo que las hace especiales es que son preguntas que nacen de nuestra condición humana y por ende son preguntas que nos interpelan: ¿quién soy? ¿existe algún dios? ¿qué es el bien?, por ejemplo.

Es en este sentido que para muchos podemos ubicar el origen de la filosofía en el mismo momento del origen de la humanidad ya que allí donde hay humanos habrá preguntas filosóficas. Otros, sin embargo, creen que la filosofía es una actividad cuyo origen se remonta a la Antigua Grecia, allá por el siglo IV a.C., con Sócrates como el "padre" de la actividad que continuaran otros grandes pensadores de esa época.

Yendo ahora a la relación de la filosofía con la ciencia, debemos saber que las respuestas filosóficas conviven entre sí, no sucede, como suele suceder en la ciencia, que una respuesta reemplaza a la anterior. Por ejemplo, la respuesta de que el Sol gira alrededor de la Tierra fue reemplazada por la respuesta de que en realidad es la Tierra la que gira alrededor del Sol. En cambio, la respuesta de qué es el bien para un filósofo no anula la respuesta de lo que es el mismo concepto para otro filósofo. Es por ello que el filósofo argentino Alejandro Korn dice: 

"Cada generación continúa la obra de sus predecesores pero también la altera y la transmuta; conserva el viejo término tradicional pero modifica su sentido y su concepto (...) Desde luego no existe la filosofía, existen numerosas escuelas y posiciones filosóficas." (Alejandro Korn, Sistema filosófico, Buenos Aires, Nova, 1959).

Y las respuestas filosóficas conviven entre sí porque son respuestas a preguntas que no podemos evadir ya que nos interpelan en cuanto a que somos humanos. Por ende, ante cada cuestionamiento filosófico llegaremos, con suerte, a una respuesta, la nuestra, no a LA respuesta, válida para todo tiempo y lugar. Por ende el cuestionamiento filosófico debe ser profundamente nuestro, sobre esto dice el filósofo alemán Karl Jaspers:

"El pensar filosófico tiene que ser original en todo momento. Tiene que llevarlo a cabo cada uno por sí mismo." (Karl Jaspers, La filosofía, México, FCE, 1957).

Vemos entonces que la filosofía es prácticamente lo opuesto al sentido común, es una actividad donde en vez de imitar se trata de producir algo propio, diferente al resto.

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